Defender la vida no es solo defender que la gente nazca
En nuestro país las mujeres, jóvenes y adolescentes viven en una gran inseguridad e incertidumbre. Su vida se mantiene en peligro y no cuentan con un sistema de salud que le ofrezca protección ni seguridad.
Son continuos los casos de adolescentes y mujeres adultas que sufren situaciones de riesgo en el parto y muchas veces mueren. En las comunidades se guarda silencio ante la desprotección de mujeres y adolescentes en el proceso de parto, no tienen conciencia de sus derechos y tienen miedo a enfrentarse al personal de salud y/o al sistema de justicia.
El caso que ocupó recientemente la opinión pública, la adolescente embarazada con leucemia que necesitó de un tratamiento de quimioterapia visibiliza uno de los tantos problemas que ocurren en hospitales y clínicas y que se mantienen en silencio.
El artículo 37 de la Constitución es el causante de estos problemas. Su aprobación al igual que la carta magna en enero 2010, se impuso a pesar de todo un movimiento social en contra y un 80% de la población encuestada por Gallup en 2009 que aceptaba la interrupción del embarazo en caso de riesgo de la vida de la madre.
No se tomó en cuenta la opinión de la población ni se le dio importancia a los efectos de la aplicación de este artículo en la vida de las adolescentes, jóvenes y mujeres.
¿Plantear que no importa que la madre muera en el parto porque es más importante que nazca la criatura, realmente esa es una decisión de vida o es una sentencia de muerte?
Quienes abogan por todo tipo de prohibición del aborto por “defensa de la vida”, defienden la muerte de niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres que son violadas por padrastros, padres u otro familiar, a sabiendas de que las violaciones de niñas son bastante frecuentes, así como la posibilidad de que queden embarazadas fruto de una violación.
¿Cuántas vidas más van a ser arriesgadas? ¿A quién le pertenece el derecho a la vida?
Nacer no garantiza la vida, para que una criatura tenga vida, tienen que producirse una serie de condiciones de: salud, higiene, alimentación, vivienda, educación y fuente de ingresos. Defender la vida no es solo defender que la gente nazca, es defender que los niños y las niñas tengan condiciones para una vida digna sino están expuestos a morir o a “mal vivir”. La pobreza extrema y la miseria suponen un riesgo permanente de muerte.
La ciudadanía debe exigir la revisión de una Constitución que excluye e incrementa la inequidad y la vulnerabilidad para las mujeres y gran parte de la población que no tiene voz.
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