Miriam Germán Brito, sobre el poder judicial y su independencia: «Pasé un tiempo sometida a un brutal acoso”

Servicios de Acento.com.do  26 de agosto de 2019 | 3:00 pm SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Para la pensionada magistrada Miriam Germán Brito, ex presidenta de la Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia, la ausencia de independencia en el poder judicial “devasta el carácter social y democrático que se supone consustancial al Estado de Derecho”. Para la ex jueza la independencia es una herramienta imprescindible para la administración de justicia, en cuyas decisiones no deben estar ausentes el derecho a un trato igualitario. Dijo que El Consejo Nacional de la Magistratura es un órgano político bajo la dirección del presidente de la República, y que los miembros que se suponen independientes le deben favores o le temen al jefe de Estado, por lo que no resulta confiable para garantizar la independencia del poder judicial. En un reconocimiento que le hizo la Comisión Dominicano de los Derechos Humanos, que dirige Manuel Mercedes, Miriam Germán declaró que en el Consejo de la M

El papa ¿'renuncia', 'dimite' o 'abdica'? Esa es la cuestión lingüística

Publicado por Z101Digital
12 de Febrero del 2013
¿Cómo se dice?
El papa ¿'renuncia', 'dimite' o 'abdica'? Esa es la cuestión lingüística
Conforme a lo que establece el Código de Derecho Canónico, "el Pontífice no dimite ni abdica, el papa renuncia a su ministerio"
Hay una cuestión lingüística en cuanto a la renuncia del papa.

Madrid (España).- Que un papa abandone su cargo en vida es un acontecimiento extraordinario que apenas cuenta con precedentes. Por eso no es raro que todos, en particular los medios de comunicación, dudemos sobre las palabras que debemos usar para contarlo.

Cuando en la mañana de ayer las redacciones de los medios se vieron sorprendidas con la noticia de que Benedicto XVI había decidido abandonar el papado surgieron las primeras dudas: un papa... ¿dimite?, ¿renuncia? o ¿abdica?

Antes incluso de recibir la primera de las muchas consultas que le llegaron sobre este asunto, la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) se puso manos a la obra.

Se cotejó la propia declaración papal. Benedicto XVI en su intervención original en latín empleó el verbo "renuntiare" y en las traducciones a diversos idiomas publicadas en la web del Vaticano aparecían los términos "renuncio", "renoncer", "renounce", "rinunciare"...

Consultada por la Fundéu BBVA, la Conferencia Episcopal Española fue clara: "el papa no dimite ni abdica, el papa renuncia a su ministerio" conforme a lo que establece el Código de Derecho Canónico.

El siguiente paso fue consultar el diccionario de la Real Academia Española, que nos da algunas pistas: la primera acepción de "abdicar", la más apropiada en este caso, es "ceder su soberanía o renunciar a ella" según una definición que empieza aclarando que esto es "dicho de un rey o príncipe".

"Dimitir", dice el DRAE, es "renunciar, hacer dejación de algo como un empleo, una comisión, etc."

Y por último "renunciar" supone "hacer dejación voluntaria, dimisión o apartamiento de algo que se tiene, o se puede tener" o "desistir de algún empeño o proyecto".

Por tanto parece que, como dice el lexicógrafo Martínez de Sousa, "el que abdica renuncia, el que dimite renuncia, el que cesa renuncia y, por supuesto, el que renuncia renuncia".

Así las cosas, estos verbos parecen tener un sentido muy próximo, si no equivalente, lo que los haría casi sinónimos.

Pero no corramos tanto. Los llamados sinónimos totales son raros en las lenguas; la que más abunda es la llamada sinonimia contextual o parcial, que se da cuando dos palabras son intercambiables solo en algunos contextos.

Por ejemplo, "padre", "progenitor" y "papi" son sinónimos, es decir, ambos se refieren al "pariente masculino en línea recta ascendente de una persona". Pero ninguno nos referimos normalmente a nuestro padre como "progenitor" ¿no es así? Ni utilizamos "papi" en los mismos contextos porque tiene una connotación distinta, más cariñosa o cercana.

Las palabras denotan, pero también connotan. La sinonimia, como dice el semantista Stephen Ullmann, no existe. Las palabras ni saben, ni pesan, ni huelen igual, por mucho que el diccionario las defina de la misma manera.

Las voces de una determinada lengua tienen, además, sus propias apetencias. Un verbo gusta de algunos complementos, de algunas expresiones, más que de otras. Se forman así colocaciones, formas establecidas que a todos nos suenas naturales.

En el caso que nos ocupa, la colocación establece que es más adecuado decir que el papa renuncia, ¿por qué? Por el mismo motivo por el que el pan se corta en "rebanadas", el embutido en "lonchas" y una sandía en "rodajas".

Las palabras tienen, ya decimos, sus leyes de buena vecindad. No deja de ser un misterio, como tantos... 

 

Por: EFE

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